domingo, 14 de noviembre de 2010

quiero gritar tantas cosas que no se me tiene permitido siquiera susurrar, pero no son personas las que me lo prohiben, es mi propia razon que me dice que el corazón esta equivocado, "no escuches a ese mal consejero" mientras el otro latiendo fuerte me oprime el pecho reclamando contra la fría razón que no se inmuta ante el berrinche del corazón. La batalla que se desarrola en mi interior nadie la comprende y a nadie quiero hacersela saber, lo solucionare mi razón mi corazón y yo, nadie más puede siquiera ver la punta del aisberg del conflicto

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